Fueron dos veces, y la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Con la inercia que llevaba el propio elemento elevó su brazo por encima de su cabeza y al llegar a la máxima altura, regresó retrocediendo sobre su movimiento, hacia delante, pero con la energía que proporciona la rabia, y proyectó el pedazo contra el suelo.
Rebotó 2 veces, y a la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Con la inercia que llevaba el propio elemento elevó su brazo por encima de su cabeza y al llegar a la máxima altura, regresó retrocediendo sobre su movimiento, hacia delante, pero con la energía que proporciona la rabia, y proyectó el pedazo contra el suelo.
Rebotó 2 veces, y a la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Rebotó 2 veces
2 veces.
Contra el suelo.
3 comentarios:
Solo queria agradecerte el comentario en el post de mi blog. No tengo ni idea de como has llegado a leerlo pero me gustó ver que alguien más lo leyó y sintió en alguna de sus partes.
Tu escribes, yo no, solo vomito.
no sirvo para cometar mucho... A pesar de mi reducido campo opinatorio , sigo disfrutando de sus letras ...
Gracias.
momentos de rabia continua y repetitiva... a veces, es dificil parar ¿no?
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