Van a ser 2 los estragos a tu ego
cuatro las piernas cruzadas
una calle que frecuento
siete desperdicios vivos
tres de las historias mudas.
Van a ser 2 los estragos a tu ego
traigo las piernas cruzadas
cruda calle que frecuento
cuento con los desperdicios vivos
Fueron dos veces, y la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Con la inercia que llevaba el propio elemento elevó su brazo por encima de su cabeza y al llegar a la máxima altura, regresó retrocediendo sobre su movimiento, hacia delante, pero con la energía que proporciona la rabia, y proyectó el pedazo contra el suelo.
Rebotó 2 veces, y a la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Con la inercia que llevaba el propio elemento elevó su brazo por encima de su cabeza y al llegar a la máxima altura, regresó retrocediendo sobre su movimiento, hacia delante, pero con la energía que proporciona la rabia, y proyectó el pedazo contra el suelo.
Rebotó 2 veces, y a la tercera, la mano agarró con fuerza el trozo más grande en que se había destrozado la pieza.
Rebotó 2 veces
2 veces.
Contra el suelo.
En incierto desespero camina
blandas son las calles
rutina es más segura.
Sin desespero ya, solo rumor,
cómodo es el suelo
dolor programado para lavar juicio.
Para que sin teatro empiece la función,
que el escenario rota alrededor de la plaza
al ritmo del cansancio y el hastío
Descubriste que respirabas y que por tanto
lo que oprimía al llanto
debía ser algo más fuerte, y, con suerte,
el llanto no surge, ni lento ni atropellado,
no emerge y se acumula, se suma
y si tiene que ahogarte lo hará sin
duda.
Que sea entonces la quiebra de lo invisible.
Desvalijando el corazón
buscando el oro con ayuda de
desordeno la vendimia
y reduzco el círculo
del escuadrón
Me apodero del color del asfalto
en cada verso
en cada conclusión
Se destilan los recuerdos primitivos
y en un solo frasco
se lee en el reverso
“bálsamo de evasión”
